NO es nada, son tonterías mías.
Preocupaciones sin sentido, ya me pasará este bajón.
Vas a pensar que estoy
loca/o si te digo por qué estoy así.
Te parecerá mentira, pero me paso toda la noche pensando en
una misma preocupación y me doy cuenta de que es una tontería.
Mi familia me dice que es una tontería, que no me preocupe.
Nunca me imaginé que estaría contando esto a un extraño.
No tiene sentido alguno sentirme así por…
(Frases de casos reales en consulta)
Frases que, a simple vista, no tienen mucha importancia. Pero
cuando me encuentro ante ellas en mi consulta de Psicología, me hacen pensar y
darles el valor que realmente presentan.
Un simple aspecto, detalle, acto, acción… para una persona
puede ser una tontería sin importancia, pero para otra, se carga de emoción, sentimiento…
produciéndole un malestar personal, hasta el punto de convertirse, en ocasiones, en un
problema que no le deja vivir.
Por muy simple que parezca lo que a una persona le sucede, no
debemos caer en la tentación de menospreciar (aunque sea indirectamente) y
hacer que dicha persona se avergüence de algo que: ¡para ella si tiene un gran
valor!
La frase típica de: “eso
no es nada, no te preocupes” es preciso dejarla a un lado, para sustituirla
por: (del estilo de) “me alegro de que
me digas eso; te ayudaré, desde mis
posibilidades, a que mejores”.
Con solo decir “eso no
es nada”, aunque se haga de muy buena fe, indirectamente estamos provocando que
esa persona se sienta intimidada y se encierre más en sí misma. Con que para
una sola persona algo sea importante, ya nadie debe de menospreciar dicho
interés.
El cambiar “Eso no es nada” por “Me alegra de que me digas
eso” hace que pasemos de focalizar la atención en el problema/dificultad sin
importancia aparente, a centrar nuestra atención en las posibles soluciones o
situaciones que pueden hacer que esta persona mejore y se sienta Feliz.
En gran cantidad de ocasiones cuando animo a las personas, que acuden a mi
consulta de Psicología, a darle “Más importancia” de lo que realmente parece
que tiene la queja con la que acuden, sorprendentemente se sienten mejor y les
aumenta la motivación para mejorar.
Quizás no sepa explicaros porqué sucede esto, pero creo que
carece de importancia. O quizás sea porque se deja a un lado las teorías y nos
centramos en lo que el paciente nos quiere decir.
No lo sé!! Pero no me importa cuando recibo una sonrisa de mi
paciente, cliente, comprador, Persona…
Sea cual sea tu preocupación, dale toda la importancia que
merece, simplemente porque “Es tu preocupación” y si se convierte en un
problema que no te deja vivir feliz, te animo a que busques ayuda en alguien,
sea profesional o no. Que te sientas mejor es lo que realmente vale.
¿Tonterías? Quizás.